Camino de mil leyendas

Student thesis: Thesis

Abstract

Cultura y tradición
Si tuviese que describir qué es aquello que comprendemos como cultura, probablemente no bastaría un sólo trozo de papel. Sin duda, mi mente lo relaciona en primer lugar con la noción de lenguaje, aquella capacidad que el ser humano supo aprovechar como herramienta de comunicación, desde sus formas más primitivas hasta la invención de carácteres que después dejarían impresos en la tierra, la piedra o arcilla. Esta última me transporta al territorio del cual provengo, cuyos pobladores ya compartían sus experiencias cotidianas, cantos e historias incluso antes de poder emitir palabras para darse a entender, y manifestar aquello en lo que su mente y su espíritu creían fervientemente. Quizás la rudimentaria forma de vivir de los primeros pobladores transcurría a un ritmo diferente al que ahora marca mi presente, pero aún así, ya comenzaban a construir lo que muchos investigadores y versados en la materia no terminan por definir, un lienzo que llenaban poco a poco de trazos de sus convicciones, miedos o cuestionamientos que circundaban en un pensamiento unido a su entorno.
El hecho de no hallar una respuesta inmediata sería un incentivo para acercarme a lo que aún no podía definir con precisión, pero que sin embargo, parecía correr por mis venas y cristalizarse en mis ojos, donde puedo ver aún el reflejo de una cálida atmósfera que nos envolvía cuando contábamos historias. Eran las tardes y noches cuando -ya a punto de conciliar el sueño- la voz de mi abuela arrullaba un descanso ligero que luego me llevaba a imaginar cómo se verían las palabras si fuesen colores, formas, personas, paisajes, pueblos, y las fiestas que tienen lugar en ellos.
Crear tradición es repetirlo tantas veces sin perder la esencia en una especie de homenaje a aquellos antepasados anónimos que la han construido. Lo cierto es que dichos conceptos abarcan un extenso abanico de factores variables con el paso del tiempo, muchos de los cuales se inscriben en el marco de lo visible en tanto otros traspasan la línea de la tangibilidad, convirtiéndose así en parte del patrimonio inmaterial.
Todo pueblo cuenta una historia -en principio la suya- pues todos los pueblos que han pisado el suelo desde el comienzo de la humanidad emergieron a raíz de la congregación de pobladores habitantes de una determinada zona geográfica. La conformación de asentamientos humanos resulta una de las principales ramas de estudio de la antropología,
disciplina encargada de observar el comportamiento de una especie inteligente con la necesidad vital de socialización.
A partir de este punto, pudiera considerarse un cercano vínculo entre la acción de socialización y el acto de expresar los acontecimientos pasados -prestando una puntual atención en la descripción de entornos y personajes- al momento de engarzar relatos en los canales de la comunicación verbal.
Mientras crecía, comenzaba a descubrir las piedras preciosas ocultas en el tesoro que mi imaginación armonizaba con la cultura, un cofre cuya llave me condujo a encontrar determinados patrones que se replican al ritmo temporal en que se adaptan las comunidades. En mi región de origen -rodeada de sierras y un viento seco pero amable que disfruta de murmurar a las montañas- las festividades en honor a los santos y mártires del catolicismo se congregan en lo que conocemos como tradiciones. Parece que la palabra tradición -al igual que otros vocablos tratados a lo largo de este ensayo- podrían tener más de un significado según las diferentes culturas y el contexto al cuál se aplique. Vislumbro a las tradiciones como singulares maravillas que no sólo aparecen en determinada época del año, sino en cada día que transcurre en el cálido suelo de mi patria, así como en las diferentes provincias alrededor del mundo.
Los estudios encargados de la sociología y etnografía -dos campos de estudio que, si bien no podrían denominarse hermanos, se encuentran estrechamente relacionados- me han permitido entender las tradiciones, más que como una agrupación de celebraciones calendarizadas, como un conjunto de conocimientos y prácticas cuya conservación se logra debido a su transmisión y réplica de generación en generación1.
De la noción global de tradición, germinan diversas formas de ésta misma contenidas en el invaluable tesoro del patrimonio cultural, desde aquellas costumbres en las que el pueblo celebra sus creencias o rememora acontecimientos históricos, hasta la clase de tradición patente en la particular manera de transferir el saber mediante la palabra hablada.
Una creciente toma de conciencia respecto al cierto valor que encierran la tradiciones se ha manifestado desde al menos un siglo entero, sin embargo, percibía en dicho aprecio una inclinación hacias las festividades como tal, pese a que las acciones cuya práctica refuerza
1 Tanto la tradición como la oralidad comparten la característica de variación y adaptación conforme ocurre la transición generacional, por lo que aunque siempre se ha procurado la conservación a la práctica fiel de tradiciones ancestrales, estas no están exentas a cambiar con el propósito de amoldarse a la era en curso. (Zavala, 1998 )
una determinada idea o creencia también figuran en la pluralidad de tradiciones que merecen reconocimiento. Las historias que mis parientes cercanos relataban ejemplifica un suceso que acontece en toda región que posea tradiciones y costumbres, el proceso de verbalización de partes del ideario popular a través de la narración de crónicas y anécdotas. De esta manera, el acto de emplear la palabra oral se convierte en tradición y cobra también valor dentro del acervo cultural de una región.

Date of Award2022
Original languageSpanish
Awarding Institution
  • Universidad de Monterrey
SupervisorMihaela Luminita Albisoru (Asesor)

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