No es una frase propia. El título de la nota surge de la intención de oración del papa Francisco para el mes de junio 2023, de la que todos los católicos del mundo se unen en una red para clamar por el cese de tan lamentable flagelo.
El papa exclama, en su petición: “La tortura. ¡Dios mío, la tortura! La tortura no es una historia de ayer. Desgraciadamente, es parte de nuestra historia de hoy”.
Por eso, el deber moral de contextualizar las situaciones en las que sigue estando presente el delito de la tortura y la afrenta contra la persona humana, por razones de odio, persecución política, o presiones ideológicas.
Aunque se crea que es un tema lejano, no es así, en Latinoamérica está presente, y no en una supuesta narrativa construida por los medios. La certeza de la violación de los DDHH es una realidad tangible y comprobable, y nadie con un ápice de decencia se atrevería a negarlo.
El penoso referente venezolano
Específicamente, y no por ser más importante o más grave, la situación en Venezuela, tema que se ha convertido en un penoso referente, en materia de DDHH, durante los últimos años.
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